Un Lugar en Silencio

Director: John Krasinski
Guionista: John Krasinski
Productores: John Krasinski, Andrew Form, Michael Bay, Bradley Fooler, Deb Dyer
Reparto: Emily Blunt, John Krasinski, Millicent Simmonds, Noah Jupe, Cade Woodward
Título original: A Quiet Place
Productora: Paramount Pictures
Género: Suspenso, terror, drama

La historia se lleva a cabo en el año 2020 en donde el mundo se ve amenazado por criaturas que atacan a sus víctimas cuando éstas hacen ruido. La cinta nos muestra la supervivencia de una familia que debe vivir completamente en silencio para poder sobrevivir a los asesinos que los asechan.

John Krasinski es el director, productor y guionista, también es uno de los actores principales de la película junto a su esposa Emily Blunt, quien hace el papel de su esposa en la cinta. Tienen tres hijos a los cuales podemos ver luchando junto a sus padres.

Me gustó el tema que manejan sobre el silencio. Normalmente en las películas de terror y suspenso se oyen bastantes gritos, ruidos y música. Sin embargo, acá es todo lo contrario. Los personajes se comunican por medio de miradas, lenguaje de señas o leyéndose los labios. Por ejemplo, hay una escena donde todos están sentados y van a empezar a comer. Es tal el silencio, que no pueden usar ni platos ni cubiertos. La comida la sirven en hojas de maíz y comen con las manos. Cocinan en un pequeño hueco que tienen en el piso de donde viven. Las señas son reales. En el set de grabación sí se comunicaban con señas ya que Millicent Simmonds —quien interpreta a Regan Abbott— es sorda. Krasinski buscó puntualmente a alguien con estas características para poder aprender de ella, porque podía ayudarle a entender mucho más las situaciones que se presentaban en la cinta, además de aportarle sus vivencias al momento de rodar. 

Me parece que los efectos de sonido y la sonorización son muy buenos ya que toda la cinta está acompañada de sonido ambiente, lo cual es esencial. Además porque se crea un ambiente tensionante y el espectador puede ponerse en los zapatos de los personajes y vivir lo que ellos están viviendo. Por otro lado, Marco Beltrami es el compositor de la banda sonora y cada nota musical es crucial, porque así no esté presente en toda la cinta, le pone el toque a cada momento en que la música aparece, además porque se vuelve protagonista. Esto hace que la ausencia de la misma nos obligue a agudizar nuestros sentidos, que además por la angustia nos pueden pasar una mala jugada porque podemos pensar que están haciendo ruidos, sin embargo, la música aparece para asustarte aún más y llevar tus sentidos a otro nivel.

El manejo que Krasinski tuvo en la dirección y en la creación del guión fue brillante. El contraste entre el ruido y el silencio es algo cautivador y, para mi, es una forma de innovar en el género del suspenso. Esta película demuestra que no hay necesidad de tener una producción llena de diálogo para poder transmitir toda clase de emociones. Los actores estaban muy metidos en su papel, en ningún momento sentí que algo fuera sobre actuado. Emily Blunt hizo un papel increíble. Salí del cine admirándola aún más. No solo por su actuación sino por la forma como logró hacer su papel de madre guerrera. Todos los personajes ocasionaron en mi gritos ahogados, incluso, me tapaba la boca para evitar hacer ruido. De hecho, no se imaginan la angustia que cada uno siente sentado ahí viéndolos sufrir. ¡Uno sufre con ellos!

Debo confesar que no soy de películas de terror, pero he aprendido a ver diferentes géneros y este es uno nuevo en mi lista. Las de suspenso son peores, y sí, he sufrido viendo otras cintas, pero esta hizo que el corazón me latiera a mil por hora. Porque uno está pendiente de cada movimiento que hacen y luego te descubres haciendo un esfuerzo o mordiéndote el labio o tapándote la cara para evitar hacer algún ruido. ¡Literal, el sufrimiento es tanto, que hasta te da pánico hacer algún ruido en la silla del cine!

Charlotte Bruus Christense fue la encargada de la fotografía. Ese me pareció que fue otro curioso contraste. Cuando vemos un thriller estamos acostumbrados a que los colores sean fríos y oscuros, en cambio, acá los colores son vivos. Todo está lleno de luz y color. La familia vive en un lugar aparentemente tranquilo. En una granja rodeada de maizales y luces blancas (como de Navidad) que prenden en las noches.

Con esta “tranquilidad” podemos conectar los caminos que Lee Abbott (el padre interpretado por John Krasinski) hace con arena. Precisamente para que sus pisadas no sean escuchadas por esas criaturas que están esperando por un mínimo ruido para poder atacar. Es por esto que ninguno puede darse el lujo de utilizar zapatos.

Acá, cada ruido cuenta. Como ya lo mencioné antes, la familia Abbott está rodeada de unas criaturas que son tan rápidas que no alcanzamos a verlas cuando atacan. Esto también me parece bueno, que casi hasta el final podemos ver claramente qué clase de bicho raro es el que está al acecho porque normalmente cuando vemos “la criatura del mal” o como quieran llamarlo, se pierde un poco la chispa de la película porque ya sabemos que esperar. En cambio acá, el guionista juega con nuestra imaginación y poco a poco nos va dando pistas no sólo de lo que carecen estas criaturas, sino además de su físico.

Esta cinta nos deja ocho reglas muy claras con las que esta familia debe vivir:

1. Pase lo que pase, jamás hagas ningún ruido, es la única manera de mantenerte con vida.
2. No te separes del camino.
3. La luz roja acá significa todo lo contrario a la del semáforo: corre.
4. Nunca camines solo.
5. Ni una palabra, nunca.
6. No entres en el maizal y muévete con mucho cuidado.
7. Mira muy bien por donde pisas.
8. Sea lo que sea, no grites.

¿Y ustedes podrían vivir en un lugar en silencio? Los reto a que vean la película y respondan si podrían hacerlo o no.

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