Sin tiempo para morir

Para nadie es un secreto que la saga de Bond con Daniel Craig ha tenido sus altos y bajos. Para muchos Skyfall y Casino Royale han sido puntos altos, mientras que Quantum of Solace y Spectre han dejado mucho que desear.

Luego de múltiples retrasos y una pandemia, Sin tiempo para morir finalmente llega a cines y logra ser un cierre fantástico para la saga de Craig en su última película como el icónico agente secreto, con uno que otro inconveniente.

Antes de hablar del argumento, primero algo de contexto.

Las últimas dos películas de Bond han estado plagadas de problemas. En el caso de Spectre, durante el hack de Sony en 2014 se filtró el guion final de la película a lo que Purvis, Wade y Mendes decidieron re-escribir y re-grabar el final, además de eso la revelación de Blofeld no fue bien recibida en especial presentando a Christoph Waltz como un personaje inexistente por gran parte de la película.

Sin tiempo para morir no estuvo exenta, no solo fue una de las películas más golpeadas por el COVID (debido a presupuesto gastado en marketing y demás) sino que inicialmente sería dirigida por Danny Boyle.

Boyle dirigiría, mientras que John Hodge (un colaborador cercano de Boyle desde Trainspotting) escribiría el guion. Luego de diferencias creativas entre la familia Broccoli, Neal Purvis y Robert Wade, Boyle salió del proyecto dejando la silla de director vacía.

Finalmente Cary Joji Fukunaga (recordado por la aclamada primera temporada de True Detective) dirige la película con un guion escrito por Fukunaga, Wade, Purvis y Phoebe Waller-Bridge.

Sin tiempo para morir ocurre unos momentos después de Spectre. Bond ha escapado con Madeleine Swann en busca de una vida más tranquila, pero luego de un ataque de SPECTRE y la aparición de un misterioso hombre enmascarado, Bond se encontrará con una de las amenazas más grandes que el agente ha enfrentado.

No puedo negar que esto es lo máximo que puedo decir sin entrar a territorio de spoilers, pero algo es seguro. Para bien o para mal, este es el cierre de la historia de Craig en su paso como James Bond.

Narrativamente la película es muy efectiva en la historia que cuenta. En especial porque a igual que muchas franquicias clásicas que se han modernizado para una nueva audiencia, Sin tiempo para morir habla de dejar ir el pasado.

Aunque aquí va más a los tiempos de Casino Royale, también se nota que aplica para la franquicia como tal.

En momentos Fukunaga busca hacer énfasis en como Bond ya es una reliquia de otro tiempo y se ve sobrepasado por fuerzas que en cierto punto ya están fuera de su control, en su momento fue Raoul Silva con sus ataques informáticos, Denbigh con Nine Eyes.

Algo innegable, es que en varios momentos la película se siente que usa elementos de otras películas de Craig como Bond. La escena de la moto en la Acrópolis es similar a la que vimos en Skyfall y las persecución en auto es similar a como inicia Quantum of Solace.

Sin duda, esto realmente le juega a favor a la película debido a que nos lleva a lugares comunes de otros momentos de la franquicia sin copiarlos directamente, para en cierto punto mantener el ADN de Bond, trayendo nuevos elementos a la mesa.

Sin tiempo para morir también trae algo nuevo y es la aparición de Nomi.

Interpretada por Lashana Lynch, Nomi será la nueva 007 que reemplazó a Bond luego de que este desapareciera por cinco años. Al inicio llegué a pensar que sería un “bait and switch” por parte de la película, pero realmente el personaje es bien manejado.

No solo tiene varios espacios para brillar, sino que su estado de 007 lo usan como un tipo de “chiste” ya sea cuando M llama al 007 y termina entrando Bond, o cuando Bond recupera su estado 00, pero sin un número definido.

En el aspecto de las mujeres si se nota la mano de Waller-Bridge, no solo por su tratamiento sino porque realmente busca darle espacio a cada una para brillar. Ya sea Paloma en Cuba o Nomi en el resto de la película.

Los momentos de estos personajes se sienten orgánicos y usan el concepto de Femme Fatale, sin que sea algo únicamente para ver.

Mi mayor punto de contención con la película es Safin.

Aunque Malek hace un muy buen trabajo con el villano, este realmente no se siente como un villano muy centrado. Safin es la antítesis de lo que propone la película y es un personaje que no dejó ir el pasado.

Esto funcionaría de no ser porque hay una parte final que sale de la nada y aunque fácilmente pudo ser una motivación muy poderosa, se reduce a algo que creó para hacer que el personaje avanzara. 

Tampoco puedo negar que lo siento muy similar a Raoul Silva o a Blofeld. El villano que trabajaba en las sombras y busca vengarse de una persona que los “traicionó” en el pasado. Entonces Safin se siente como algo que ya he visto y pues de esos tres, Silva sigue siendo uno de los que está mejor desarrollado.

Otro punto que no me gustó, fue el rol de SPECTRE en la película.

Entiendo que querían cerrar el arco de Quantum/SPECTRE que vimos desde Casino Royale, pero creo que entre Safin y la organización terrorista no hay suficiente tiempo para desarrollar ambos villanos y la película sufre por eso.

Además que en otras películas de Bond, el gran villano de SPECTRE era un personaje específico, ya fuera el Dr. Julius No o Blofeld (pero Donald Pleasence no Waltz) como lider y aunque la organización era importante no era el gran villano, sino un tipo de sombra que siempre está al acecho.

La fotografía de Sin tiempo para morir también es fantástica. El frecuente colaborador de Damien Chazelle (La La Land/First Man), Linus Sandgren fue el director de fotografía de la película y hace un gran trabajo.

Sin duda Roger Deakins y Hoyte van Hoytema pusieron la barra bastante alta, pero el trabajo de Sandgren estuvo a la altura. No solo por unos contrastes muy vibrantes a nivel de color, sino también usando la sombra como un aliado.

Durante todo el 3er acto, es común ver las sombras o la oscuridad como un elemento clave para Sandgren y en cierto punto uno lo podría considerar como la manera de representar que Safin siempre está al acecho y de cualquier sombra podría estar esperando a Nomi o a Bond.

Algo que me hubiese gustado que fuera mejor es la música. No me mal entiendan, yo adoro a Hans Zimmer y su trabajo en películas como Inception y Blade Runner 2049 me encanta y es de mis favoritos de todos los tiempos.

Pero aquí siento que no logra congeniar con la película. Al igual que lo dije con el caso Desplat/Balfe en Black Widow, me encantaría ver que tenía en mente Dan Romer antes de salir del proyecto por diferencias creativas.

Dicho todo eso, la eficacia de la música de Zimmer en escenas dramáticas (más específicamente al final) es formidable.

Sin tiempo para morir es un gran cierre para el Bond de Daniel Craig, sin duda tiene algunas fallas, pero logra hacer todo lo que se propone de una manera fantástica y pensada para los fans de toda la vida de la franquicia y aquellos que entraron con Casino Royale en 2006.

Aunque en mi caso no logra superar Skyfall y Casino Royale, sí es agradable ver que el resultado final está a la altura y aún más comparado con lo regular que fue Spectre.

Sin tiempo para morir llegará a cines colombianos el 30 de septiembre.

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