Háblame

Directores: Danny Philippou, Michael Philippou
Guionista: Michael H. Beck, Danny Philippou, Bill Hinzman, Daley Pearson
Productores: Simon Emanuel, Kathleen Kennedy, Frank Marshall
Reparto: Sophie Wilde, Alexandra Jensen, Joe Bird, Otis Dhanji, Miranda Otto, Zoe Terakes, Chris Alosio, Marcus Johnson, Alexandria Steffensen
Productora: Screen Australia
Título original: Talk to Me
Género: terror, suspenso

Opera Prima de los hermanos Philippou y la película de terror más taquillera de LATAM en el 2023, ¿qué tiene de especial Háblame? Todo, nada. Al mismo tiempo.

Mía, es una adolescente normal, con problemas para socializar, se encuentra retraída en un mundo muy pequeño desde que su madre murió, no sale con mucha gente, no habla y tiene una relación algo distante con su padre desde el incidente que involucró la muerte de su madre. Su única amiga es Jade, que ahora sale con el exnovio de mía, y que la involucró mucho en su familia, tanto la madre, como el hermano menor de Jade la tratan como si fuera miembro del hogar. Este trasfondo es importante para entender el trasfondo de toda la experiencia que va a vivir, principalmente Mía, en medio de una película que salta del terror al thriller psicológico con una facilidad apabullante.

En este contexto, en el que Mía está tratando de pertenecer, e involucrarse un poco más con Jade, sus amigos y en general vivir un poco más la rebeldía adolescente en la que todos se desenvuelven, con fiestas a escondidas, bebidas, consumo de drogas, y quizás, si tienen algo de suerte: sexo.

Es ahí cuando aparece la mano, un artefacto cerámico, de origen desconocido, pero sobre el que hay mitos urbanos, como que es realmente la mano de un médium embalsamada y que por algún motivo extraño terminó circulando entre adolescentes. Esta mano tiene una capacidad particular que la vuelve el centro de atención en las fiestas; con ella se puede llevar a cabo un ritual de dos fases. En la primera se enciende una vela, para abrir la puerta con los espíritus y un voluntario toma la mano de cerámica como si la estuviera saludando, mientras dice “háblame”.

En esta fase, aparece de la nada algún espíritu con la intención de comunicarse. La segunda fase es cuando el voluntario le dice a dicho espíritu “te dejo entrar” dándole la facultad de poseerle en tanto tenga la mano agarrada. El voluntario sufre una leve transformación física en la que los ojos se dilatan y pierde control de su cuerpo mientras que el espíritu lo gana. Los adolescentes normalmente tienen un límite de 90 segundos para esta fase, pues corre entre ellos el rumor que pasado ese tiempo el espíritu no va a querer irse, y aprovechan esa ventana de tiempo para interactuar y reírse de todo lo que dice y hace el voluntario mientras está bajo la influencia de los muertos.

La premisa fundamental en Háblame, es la total ligereza con la que se toman el asunto. Claro, hemos visto lo mismo antes, ¿adolescentes jugando con los muertos? Claro, ¿adolescentes tomándose el contacto con espíritus a la ligera? Por supuesto. Hemos visto películas en las que médiums, sesiones de espiritismo y juegos con la tabla ouija salen mal. Cientos de veces, pero en ninguna hemos visto tantos experimentos en las que pasan cosas raras, y los adolescentes siguen riéndose una tras otra, tras otra vez. Esa es una diferencia importante de la película.

Mía es, por supuesto, la primera voluntaria de este grupo en ofrecerse, la primera en ver un espíritu, y la primera en dejarse poseer y, fuera de todo pronóstico, también es la primera en repetir la experiencia. La primera, porque al final, todos lo hacen, les parece hilarante y cada minuto que pasa le pierden más respeto a lo que en principio debería darles miedo. Esa es la parte tensionante de la primera parte de la película, porque claro, nosotros como espectadores sabemos que es una película de terror, no de comedia, y que las cosas no son tan divertidas como lo quieren hacer ver. Es ahí, cuando la película toma un camino mucho más oscuro, y todo lo que podría salir mal, sale mal.

En cuanto a la producción debo decir, que es una película con efectos especiales hechos a la antigua, lo que le da un toque de realismo (no digital) muy bueno y que le da un toque impresionante a todas las escenas que deben ser impresionantes. El final de la trama y los caminos que toma, lo dejo a consideración de quienes quieran ir a ver Háblame, que tiene madera para convertirse en un clásico del género que es tan difícil en estos tiempos, pues las cosas a las que le tenemos miedo son limitadas, y la cantidad de producciones tratando de explotarlas es bastante alta. La insensibilidad general del público a las películas de terror parece desaparecer por momentos con esta increíble producción.

No me está permitido escribir groserías en estas reseñas, pero debo confesar que la palabra que más dije en la sala de cine es el nombre de cierta enfermedad bastante común en la jerga colombiana. Y si está buscando una excusa para ir a ver la película, me tomo la libertad de contarles que, si por mí fuera, esta reseña perfectamente podría de ser de dos palabras, siendo la segunda aquel vocablo vulgar y seguir haciéndole bastante justicia.

Puntaje: 4

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