1917

Director: Sam Mendes
Guionista: Sam Mendes, Krysty Wilson-Cairns
Productores:  Pippa Harris, Callum McDougall, Sam Mendes, Jayne-Ann Tenggren
Reparto: George MacKay, Dean-Charles Chapman, Benedict Cumberbatch, Colin Firth, Mark Strong, Richard Madden
Título original: 1917
Productora: Amblin Partners, Neal Street Productions
Género: Drama, histórico, guerra.

Primera Guerra Mundial, las fuerzas británicas se encuentran atrincheradas cerca de la línea de Hindenburg, una monstruosa trinchera alemana construida por cerca de medio millón de personas por cerca de 150 kilómetros. Desde la posición inicial de la película, detrás del frente de batalla, el fuego enemigo ha cesado, y corren rumores de que los alemanes se han retirado de su fuerte, desconociéndose a dónde se fueron, cuándo o por qué.

Los soldados británicos Schofield y Blake son encargados de una peligrosa misión, salir de la trinchera donde están, en parte, a salvo de las balas del ejército, atravesar el territorio devastado entre trincheras, asegurarse que en efecto las tropas alemanas se han retirado, y luego emprender un largo camino hasta alcanzar al segundo Batallón de Devonshire para entregar un mensaje importante al mando. Suspender un ataque planeado.

La inteligencia reveló que el ataque que llevaban meses planeando, obedecía más a una trampa de los alemanes que a una buena decisión del ejercito aliado. Continuar con su ejecución podría costarle la vida a mas de 1600 soldados. Era imperioso entregar el mensaje en menos de 24 horas. El ataque estaba planeado al amanecer.

Los dos compañeros, cercanos entre ellos, además, deben emprender el camino, solos, persistentemente asustados por campos devastados, llenos de cuerpos, aves de rapiña, ratas y podredumbre, adentrándose en territorio enemigo para llegar a la trinchera alemana. Se enfrentan a las trampas que han dejado los alemanes atrás, al constante peligro de ser vistos por los enemigos que se han quedado rezagados en el camino, sin contar con mas alimento o bebida que lo que llevan encima, pues, pasado el campo de batalla, los alemanes han aplicado la política de tierra quemada, matando y arrasando con todo lo que pueda ser usado por los aliados como suministro. La muerte está en cada esquina, detrás de cada montículo, cada roca, cada construcción derrumbada.

La historia, absolutamente atrapante está basada en relatos que el director, Sam Mendes, oyó de primera mano, de boca de su abuelo paterno, veterano de guerra. Pero impresionantemente llevada al cine por él. Son pocas las cosas que pueden dejar un mal sabor de boca sobre el filme, ninguna de ellas de gran importancia.

Probablemente el único momento de la película que flaquea, en cuanto a la sensación de realidad que proyecta en todo momento, es un pobre uso de la sangre, tratándose de heridas graves, sin embargo, es totalmente excusable, pues el aire de la película, pese a ser de temática bélica no tiende al gore, ni pretende hacerlo, quizás las personas que esperan ver escenas extraordinariamente sangrientas y sean fans del “estilo Tarantino” se encuentren decepcionadas. Sin embargo, no debe confundirse este elemento como un descuido del departamento de arte de la película. Pues la ejecución, en las mismas escenas, del maquillaje es impecable, e incluso más sorprendente que la sangre. En determinadas escenas, literalmente se puede ver como la vida se escapa del rostro de los actores, palideciendo al blanco mortecino que genera la pérdida de sangre en cuestión de segundos.

La banda sonora es capaz de transmitir no solo el ambiente de la escena, sino de mantener al espectador en vilo, con la fineza que solo un gran filme de suspenso podría hacerlo, los sonidos son envolventes y son capaces de transportar a quien ve la película al escenario, incluso en escenas donde particularmente no hay mayor acción. El manejo de la fotografía y la cámara, mostrando una clara declinación a los plano-secuencias largos, son muy finos a la hora de capturar texturas y paisajes, e incluso, vista en 2D la película es altamente inmersiva.

El uso del color es más que interesante, aunque casi toda la película transcurre en escenarios desérticos y sin mayor atractivo visual, fuera de los cuerpos desperdigados aquí y allá, es muy inteligente. Pues muestra claramente la diferencia entre los espacios más peligrosos, y los terrenos pacíficos, con un aire más verde y relajante.

Los personajes, están muy bien construidos, los dos protagonistas van develando diferentes facetas de su personalidad a lo largo que transcurre el filme, de forma sutil vemos sus orígenes, su humanidad y el miedo constante a morir, apenas natural en hombres tan jóvenes, sin embargo, nunca dejan atrás la valentía y el compromiso con la misión. Al mismo tiempo, vemos la relación entre ellos, fraterna, amistosa, es muy difícil no encariñarse con ellos.

La forma en la que está construida la historia, con ausencia de flashbacks, y decantada siempre al relato del momento, hace que la película sea muy fluida, incluso en momentos donde todo podría ser monótono y desgastante para el espectador. El filme, apela mucho más al efecto emocional que deja en quien la ve, mucho más que al efecto visual que busca dar, nuevamente, pese a ser una película de guerra, no tiene exceso de escenas grotescas y sangrientas que tan populares se han hecho últimamente para dejar una impresión fuerte en el público.

La película, da una sensación de longitud mucho más extensa de lo que es, y da la sensación de tener un ritmo lento, sin embargo, no hay nada más alejado de la realidad, pues mantiene al público atento a cada segundo, ávido de saber qué va a pasar en la escena siguiente. Es una gran oportunidad para conocer esas pequeñas historias heroicas de guerra que se pierden en medio del conflicto y que afloran por montones décadas después, pues aunque la historia está centrada en personajes muy particulares, rasos y totalmente alejados de aquellos tomadores de decisiones que dieron forma y curso a la guerra, sí tomaron parte en los acontecimientos clave de la historia. Muy recomendada.

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